CON NUESTROS MEJORES DESEOS



Los deseos que expresamos, especialmente en estas fechas, son como las solidaridades de los políticos ante cualquier desgracia: No sirven para nada.

Dependiendo del grado de alcohol digerido, nuestras mejores intenciones pueden llegar hasta la eliminación del hambre en el mundo. La cuestión es si además de tener buenas intenciones vamos a hacer algo para alcanzar tan luminoso deseo.

Sin intentar llegar a salvar el planeta de nosotros mismos, podemos incluso tener deseos factibles, en aquellas cosas más mundanas, más alcanzables a corto plazo, que queremos que realmente cambien en nuestra vida: Aprender idiomas, bajar peso… por decir dos cosas de las más socorridas. Bien empecemos por… ¿Matricularnos? Bueno, sí, por ahí se empieza, pero luego hay que ir varios días a la semana… ¡TODAS LAS SEMANAS!. Y eso es precisamente lo que nos “mata”: tener que cambiar hábitos, costumbres… ¡Salir de nuestra zona de confort!

"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", decía Albert Einstein.

Muchas veces preferimos seguir en una existencia monótona y segura que cambiar algunas cosas, que por muy sencillas y obvias que parezcan, su ausencia nos generan inseguridad. Tal es así que sufrir todos los días el atasco de turno es preferible que dejar el coche y coger el transporte público, por ejemplo.

Decía Elsa Punset hace tiempo que sólo el hecho de cambiar el camino de vuelta a casa desde el trabajo, ya supone un cambio importante que puede abrir la puerta a otros.

Un liguero rojo el último día del año no nos va a cambiar la vida. La vida te la cambias tu solito. Algo tendrás que hacer para cumplir tus deseos. Aunque sea comprar lotería. Qué menos.

Y es ese momento, ese que viene a ser el 15 de enero, en el que te das cuenta de que en el fondo no quieres que cambie nada porque tal y como estás sabes que las cosas seguirán funcionando… ¿Medio bien?, ¿Medio mal?, ¿Un desastre? Y qué más da si a ti te sirven para sobrevivir.

Y entre tantos buenos deseos, no he podido evitar acordarme del cantautor cubano Silvio Rodríguez y su OJALÁ. Que ya puestos a tener simplemente deseos, mejor que se reflejen con palabras y versos increíbles.

Ahí queda eso.

6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Y que al menos, alguno de esos deseos, se cumpla.

Saludos

manouche dijo...

Tantos deseos amables intercambiados, preciosos porque pequena chispa de amistad !

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Emilio Manuel:
Los deseos sólo se cumplen si haces algo para que se cumplan. La magia no existe.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola manouche:
Tu español es mucho mejor que mi francés. :-)

Alex dijo...

"Como hagas una cosa, así lo harás todo" Esta frase enlaza de manera importante con la capacidad de cambio personal, pues si logramos cambiar la manera de hacer las pequeñas cosas, nos daremos cuenta al tiempo que el cambio sorprendentemente también se ha trasladado a las grandes cosas que hagamos en la vida.

Javier, si hay alguien que después de leer tu artículo descubre sus ganas de cambiar, quizás le anime esta frase pensando que los grandes cambios son fruto de pequeños acciones que comparten una misma convicción e ilusión ;)

¡Magnífico blog Javier!

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Alex:
Muchas gracias.
Lo importante siempre es dar el primer paso. Quedarnos sólo con el deseo de cambio sólo nos frustra.
Un abrazo.

Publicar un comentario

Después de pulsar PUBLICAR UN COMENTARIO, pulsa TAB hasta ver bien la palabra de verificación. Gracias.