"EL TIEMPO ES VIDA": MI PEQUEÑO HOMENAJE A JOSE LUIS SAMPEDRO


El día 1 de febrero José Luis Sampedro cumplió 94 años con una lucidez que muchos quisiéramos. El día 9 de marzo recibió la Orden de las Artes y las Letras de España de manos de la ministra de Cultura, Angeles González-Sinde.

En el acto de entrega Sampedro subrayó que después de 94 años de vida había podido convertirse en "aprendiz de sí mismo". ¡Qué humildad! ¡Cuánta sabiduría!

Para mi es un verdadero honor poder compartir con vosotros este modesto homenaje que le pretendo brindar hoy aprovechando que ha sido noticia por este merecidísimo homenaje público.

Jose Luis Sampedro ha sido para mucha gente una imprescindible referencia literaria, de pensamiento y de actitud crítica ante la injusticia provocada por el modelo económico actual. Recuerdo cuando hace más de 25 años leía apasionadamente “las fuerzas económicas de nuestro tiempo”, que Sampedro ya nos advertía de que la tierra es como una caja que contiene una serie de recursos limitados que no podemos estar gastando con un incremento anual del 6%”.

Sus novelas me han estremecido, entretenido, enternecido... me han hecho disfrutar, reflexionar, pero sobre todo me han hecho conocer un poco mejor la vida. Sus últimas reflexiones en “Escribir es vivir" (2003) y "La ciencia y la vida" (2008) son una verdadera invitación a que cambiemos el rumbo de nuestras vidas y de nuestra sociedad, y a que seamos capaces de disfrutar de este preciado tesoro que es la VIDA.

No puedo decir nada más a riesgo de aburriros. Un paseo por su página web puede enganchar así que pensároslo antes de pinchar aquí.

Os dejo un texto que me parece sublime y un video de una entrevista que le han hecho en los últimos tiempos.

“… Mi idea del tiempo entra en total contradicción con la conocida frase de «El tiempo es oro». Esa frase de uso muy extendido tiene su origen en el siglo XVII. Es de un predicador cuyo nombre no recuerdo ahora, aunque podríamos decir que quien la «lanzó al mercado» fue Benjamín Franklin, con la expresión time is money, Y eso fue definitorio. De Franklin todo el mundo ha oído hablar, del predicador no, pero investigué esta cuestión cuando escribí Las fuerzas económicas de nuestro tiempo, libro en el que criticaba el reduccionismo económico. Es una frase que yo rechazo rotundamente porque define todo un modo de vivir, define el tipo de civilización actual.

Pero cuando decimos «el tiempo es oro», que es como decir «el dinero es la medida de todas las cosas», estamos reduciendo todo a lo que da el oro, al dinero, a términos económicos. El tiempo no es oro, el tiempo es vida. Cuando yo me muera, se acabó mi tiempo. El tiempo que yo he tenido es la vida que yo he desarrollado desde el momento de nacer hasta el de morir. Los demás tendrán otro tiempo, la Tierra seguirá dando vueltas durante miles de años, pero mi tiempo vital, el tiempo que a mí me importa, es la vida, mi propia vida. Y reducir el tiempo a dinero, es reducir la vida a dinero. Equivale a decir «lo que no da dinero, lo que no vale dinero, no importa, no es vida», lo cual es un reduccionismo economicista absolutamente aberrante; es infundir una economía de mercado con una sociedad de mercado. Vivimos en una sociedad que da valor a lo que tiene precio en el mercado y no valora lo que no lo tiene...“


8 comentarios:

Josep Julián dijo...

Hola Javier;
Me encanta abrir el baile de comentarios a esta entrada para señalar mi completa admiración por José Luis Sampedro que, desde un punto de vista actual, es lo más parecido que tenemos a una figura del Renacimiento. Hombre cultísimo,auna una sencillez muy alejada del endiosamiento de aquellos que saben la mitad que él pero se les llena la boca.
Hombre joven de pensamiento a pesar de sus 94 años esperamos que nos siga iluminando con sus enseñanzas. Muchas gracias por habérnoslo acercado.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Josep:
Encantado de encontrar un "fan" de nuestro gran "Sampedro".
Un abrazo.

el iosu dijo...

suscribo las palabras de Josep y me adhiero al homenaje
un abrazo

Fernando López dijo...

Hola Javier:

pues yo me sumo al club poruqe si hay algio que admiro en la gente es la lucidez, la coherencia y la humildad.
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola el iosu, hola Fernando:
Confiemos en que todavía nos de alguna alegría literaria, aunque ahora mismo sólo oirle es un auténtico placer.
Un abrazo.

Katy dijo...

Hola Fernando genial. Suscribo lo que dice, es mi vida y es mi tiempo. Y sin ser una visionaria tenía muy claro desde niña que era mucho más importante ser que tener y esto lo he llevado con coherencia.
Gracias por traernos la figura de "Sampedro".
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Katy:
Supongo que para muchos de nosotros es un auténtico placer ver reconocida la labor de Sampedro.
Seguimos disfrutando de su obra durante mucho tiempo.
Un abrazo.

SusanaB. dijo...

Maravilloso! Buscando el valor del tiempo, a propósito del tiempo mesiánico del que habla Pablo de Tarso, me encuentro con esta expresión tan real y tan valiosa de que ...el tiempo es vida! Y con el tiempo presente, que es el que a cada uno importa. Por qué se vuelve a Pablo en la filosofía contemporánea? Porque es pregonero del Jesús mesías, "regalador del tiempo"!. Y el acontecimiento de su venida, parte la historia en dos, la historia de la cultura occidental, cuyo paradigma fue señero en la historia del mundo, y que aún pervive. El tiempo, para ella como para muchas otras culturas de su influencia, se sigue contando aún hoy, como lo hacía Pablo. Es decir, desde la creación hasta la muerte y resurrexión del Jesús mesías. Este "acontecimiento" (Baadiou) de Dios, que es la venida de su Hijo único prometida, marca el inicio del tiempo mesiánico, y desde ella,sigue contando Pablo, hasta su segunda venida prometida, que marcará el final de los tiempos. Por lo tanto, cuando Pablo habla del "ho nyn kairós", con frecuencia en la Carta a los Romanos, su último escrito de la madurez, se refiere al tiempo presente, que es el tiempo vital del que cada uno dispone, que cabalga sobre el tiempo cronológico, cósmico, para proyectar cómo quiere vivir ese "tiempo que resta" (Agamben), hasta que muera corporalmente, con el amor, la fe y la esperanza puesta en la vida eterna, semilla que vino a plantar el Buen Pastor, el mesías prometido, con su muerte y resurrexión. Cuando un hecho de la vida presente recuerda un hecho de la historia pasada, viene a unirse como en una mónada (Leibniz), que es como un átomo, partícula autónoma que cuando cambia, es capaz de cambiar toda la constelación. De esa forma, revive el pasado, trayéndolo al presente. Y cambia todo, introduciendo una novedad. Es preciso superar el nihilismo de la vida presente, en el que la sociedad valoriza el tiempo sólo como oro, es decir , con un criterio mercantil.

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