En
2013 los suizos, que todo lo votan, hicieron un referéndum para
decidir si se limitaban los salarios más elevados. Salió que no. No
creo yo que el resto de países tengamos una visión más justa y
equitativa de la realidad, por mucha pobreza y miseria que veamos a
nuestro alrededor. Es evidente que el gen de la avaricia está
instalado en nuestro cerebro.
Algo
parecido sucedió cuando Berlusconi fue procesado por evasión de
impuestos, corrupción de menores… Las encuestas venían a decir
que los italianos no sólo no le penalizaban, sino que le envidiaban.
Y si sigo mirando alrededor sigo viendo más de lo mismo.
Podemos y debemos luchar en contra de la acumulación y de la avaricia, pero me temo que no
queremos un mundo más justo, nos importa un comino que nuestro
vecino vaya al paro o que se hunda una patera con 300 personas a
bordo, lo que queremos es vivir como “ellos”.
Hace
un par de semanas, en el programa “Lo de Évole”, Pepe Múgica,
expresidente de Uruguay nos regalaba una de sus maravillosas
entrevistas llenas de humanidad. Destacaría una frase: "No sé
para qué mierda un puñado de viejos en este mundo sigue amontonando
plata y quieren más y más plata. ¡Qué mierda! ¿Por qué no se
dejan de joder?".
Yo
le contestaría que “no se dejan de joder” porque en realidad no
queremos que lo hagan. La sociedad aplaude la acumulación de riqueza
y el que no acumula es porque no ha tenido la oportunidad. Nadie ha
sido noticia porque, pudiendo, no lo haya hecho.
Es
evidente que en los próximos años vamos a vivir una economía “de
guerra” que va a dejar muchos daños “colaterales”. Sin embargo, hablar de la acumulación de capitales por parte de unos pocos no está en la agenda, a pesar de que es de tal calibre que resulta hasta indecente
hablar de cantidades. Y no sólo la acumulación, el desvío de
montañas de dinero a paraísos fiscales es total y absolutamente
inmoral, y en estas circunstancias más aún. Por aportar un mínimo
dato, el equivalente al 8,7% (102.000 millones de €) del P.I.B.
español está en territorios “offshore”, que se suele decir.
Sé que abordar este tema a nivel social es algo más que imposible. Los que creemos en el reparto de la riqueza representamos un % ridículo de la población. Pero, al menos por mi parte, evidenciar una vez más esta enfermedad social crónica, me resulta una necesidad de higiene mental.
Sé que abordar este tema a nivel social es algo más que imposible. Los que creemos en el reparto de la riqueza representamos un % ridículo de la población. Pero, al menos por mi parte, evidenciar una vez más esta enfermedad social crónica, me resulta una necesidad de higiene mental.