Recientemente he conocido de cerca el caso de un recinto público al que le han puesto el nombre de la persona que lo hizo posible, que había fallecido recientemente.
Así contado, parece un acto generoso y justo, pero lo que yo
pienso es que es una faena. Nuestra sociedad tiene la costumbre de poner el
nombre de personajes famosos o que han tenido un protagonismo importante en
nuestra sociedad, a calles y edificios públicos. Y ya no sólo que ese edificio
termine en ruinas por la tradicional desidia pública o que esa calle termine llena de
traficantes de drogas, es que el ciudadano de a pie, no sabe ni le
interesa nada la vida y obra de ese personaje, por el mero hecho de que su
nombre aparezca en una calle o en un edificio. Es más, yo diría que el
personaje en cuestión se funde, se convierte en calle o edificio.
Tú vas por ahí y le preguntas a un chaval a ver de qué le
suena el nombre de Valle Inclán, por ejemplo, y en el mejor de los casos te
dirá que es la calle perpendicular a la suya. Y si además le preguntas si
conoce al personaje que da nombre a esa calle, te puede llegar a decir que no,
que él siempre lo ha visto como una calle: la calle de los puticlubs (por
exagerar un poco).
Reconozcámoslo, no es cuestión de saberse todos los
personajes del callejero, es que este es un país total y absolutamente inculto.
Habremos batido todos los records en titulados universitarios en las últimas
décadas, pero cultura, lo que es cultura, más bien poca. Empezando por el
concejal de turno, que se ilumina a la hora de ponerle nombre a esa nueva calle
que va a inaugurar y terminando por el ciudadano, que la última vez que leyó un
libro fue aquél que le obligaron en el bachiller.
Vamos, que yo no es que tenga ningún mérito para tentar a
alguien en poner mi nombre a alguna calle o edificio, pero es que no me fío ni
un pelo del concejal del turno. Así que tomad nota y si se diese el caso,
decidle que YO NO QUIERO SER UNA CALLE.
Pues eso.
12 comentarios:
Lo de los nombres de las calles siempre resulta complicado, y si no que se lo pregunten a los de Palma de Mallorca con la calle que le dieron a los duques.
Un abrazo
Podríamos hacer como en los Estados Unidos, numerar las calles.
Saludos
A parte de no estar seguro nunca del nombre. El prócer de turno le da el nombre a la calle a un personaje que comparta sus mismas ideas y luego vienen los contrarios que arramblan con lo hecho y los cambian por otros pertenecientes a los que asumen su ideario.
Y no ganamos para placas.
Un abrazo.
jajajajaja muy cierto, Javier. En Buenos Aires todavía peor, a calles que toda la vida se llamaron x: un buen día les cambiaron el nombre por Y. O sea que ya ni sabes a donde vas o te llevan o te citan.
Tampoco quiero ser una calle, ni creo que me le den alguna mi nombre, ahora, sobre Aeropuertos, no sé....no estoy tan segura jajajajajajaja
Un beso
Hola Antorelo:
Pues es que en Mallorca tienen muy mala lecha. Más que un concejal de turno :)
Un abrazo.
Hola Emilio Manuel:
Pues no lo he puesto, pero tenía intención. Me parece lo más acertado, sobre todo para encontrar una calle, que parece una tontería y no lo es.
Un abrazo.
Hola Juan:
Vamos, que ni se me había ocurrido tal cosa :)
Un abrazo.
Hola Myriam:
Si es que se lo ponen complicado hasta al GPS.
Un beso.
Mira esa un de las pocas preocupaciones que no tengo.
Bueno creo que depende de quien es el titular. Porque Lola Flores si que sabemos quien es, o Sara Montiel. En lo de inculto llevas razón , la mayoría no sabemos ba¡nada de nada. ¿Yo no quiero ser una calle tampoco, pero si me ponen una Plaza jajajaa. Muy buen post.
Un abrazo
Hola Tracy:
No te fíes...
Hola Katy:
Pues te aseguro que mis hijos no saben quiénes son.
Y ya no te digo los que ahora tienen 3-4 años... dentro de 20... ¿?
Un abrazo.
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